Daniela Ruiz De Esparza, también llamada Venus Dormida, es una fotógrafa de México, probablemente obsesionada con el romance y la belleza de las cosas que ornamentan el día a día.

Sus imágenes construyen un erotismo de la cotidianidad, reviste pequeños gestos con un manto de brillo, tal como sucede en el enamoramiento todo es color de rosa. Entre memorias y ficciones, entre departamentos y animales fantásticos aparecen las fotografías de VenusDormida en Instagram, en una cobija o en un fotolibro.

Mariposas, cisnes y caballos pueblan tus imágenes, se vuelven criaturas mitológicas del romance, el amor y el deseo. Daniela, pienso que ese romance que capturas en tus imágenes donde el erotismo está tan presente, está buscando un movimiento. ¿Hacia dónde va? ¿Cuál es la figura del romance que estás buscando? ¿Y cómo es la relación, para vos, entre el amor y el erotismo?

Son cosas que me mantienen viva y soñando, muchas de mis fotos son sueños en los que quisiera vivir. Desde un sueño mojado hasta estar nadando en medio de una laguna. Sí, busco el romance y lo que implica a veces sentirse destrozada. Me muevo entre documentar mi vida y pasarme a otra realidad; estoy en constante exploración de amor y erotismo y de cómo va cambiando con los años, una búsqueda interior de mis sentimientos. Me da risa a veces que soy un cliché pero soy muy romántica y busco sentirlo todo.

Algunas de las fotografías son autorretratos y otras son retratos a otras personas, pero en todas pareciera que hay una fuerte intimidad entre vos y las retratadas. ¿Fotografías solo a amigas o también a desconocidas? ¿Cómo es ese momento de crear una atmósfera íntima, en cualquiera de ambos casos?

Muchas veces son desconocidas, que parece reto para mí, el construir una atmósfera en la cual se sientan cómodas para poder desenvolverse frente a la cámara. Ayuda mucho que ya conocen mi trabajo y más o menos van mentalizadas pero lo que más me gusta es que es un momento en el que podemos conocernos y platicar como si fuéramos amigas; además de las fotos es un momento para socializar y conocer otras personas con visión similar. Trato siempre de romper mi barrera y convivir como si ya nos conociéramos.

Así como hay ciertos animales en tus imágenes también están muy presente las trenzas, ¿Cuál es la memoria a la que remitís con ellas? ¿A qué lugares imaginarios conducen y cuál crees que puede ser su connotación política actualmente?

De unos años para acá he tratado de conectar más con mi niña interior, abrazar esas pequeñas cosas que me recuerdan mi infancia. Si bien a veces pienso que me faltó más ser niña y es la oposición al paso del tiempo. Hacernos trenzas entre mis amigas o entre otras mujeres también crea un espacio íntimo, es algo que deberíamos hacer más seguido, no necesariamente ese peinado pero sí tener más contacto entre nosotras.

La fotografía tiene muchas formas de materializarse, vi que tus imágenes encontraron lugar en la pantalla de los teléfonos, en un fotolibro y en un tapiz. Cada uno de esos formatos es bien diferente entre sí, ¿Qué potencias encontraste en cada uno de ellos?

Hay algo acerca de la difusión, el uso y la forma en que llegan esas imágenes que cambia depende donde se las mira.  Me parece importantísimo volver fotos a objetos y que vayan más allá de lo digital. Estamos acostumbradxs a subir todo a una plataforma que no quisiera que se perdiera el proceso de materializarlo; revives una foto a la hora de pensar en qué plasmarla; le das un lugar dentro de tu espacio fuera de la pantalla, además de que muchas veces cambia la apreciación de la foto si la observamos en otra superficie. Es todo un nuevo proceso creativo que todo fotógrafx debería hacer.

Web Daniela Ruiz De Esparza ➡ https://www.danielaruizdeesparza.com/             IG Daniela

Entrevistó Cairo