El Costo de la Exposición
Carolina De Simone nos recomienda un libro. Ella es Crítica de Arte, abocada al área de la fotografía y tiene una librería especializada en libros de fotografía ➡ @potenzalibros
El Costo de la Exposición, de Sally Mann
EL COSTO DE LA EXPOSICIÓN es la defensa que Sally Mann expresó a partir de las repercusiones que tuvo su serie IMMEDIATE FAMILY (1992) por la que fue acusada de sexualizar a sus hijos.
En esta serie podemos ver la vida cotidiana de la familia Mann viviendo en la soledad de su granja escondida en las colina de Virginia, EEUU. Sin luz ni agua corriente, la familia vivía aislada y Sally Mann fotografiaba, con su complicidad, la cotidianeidad de sus hijos: juegos, confusiones, armonías, como también sus padecimientos, incluyendo golpes y camas mojadas.
© Sally Mann
La primera tirada de 10.000 ejemplares se agotó en tres meses y luego hubo numerosas reimpresiones. El público reaccionó de una manera descomunal ante la serie, acusando a la artista de pornógrafa, incestuosa, repulsiva y también (¿cómo no?) mala madre.
© Sally Mann
Lo interesante es pensar cuál es el límite entre arte y vida. Las fotografías tienen tal poder de convencimiento (o al menos, lo tuvieron) que queda solapado aquello que creemos real con la ficción que se construye. El referente real nos convence de que aquello que nosotros creemos ver en una foto, es lo que se muestra. Pero, ¿Qué ocurre en un desnudo? ¿Un desnudo está necesariamente siempre asociado a la sensualidad? El desnudo artístico es un género forjado a partir de años y años de historia de imágenes. Las posturas y formas de representar al cuerpo humano también refieren a una historia. Las mismas son muchas veces asociadas a simbologías que a fuerza de repetición, quedan coaguladas en significados inconscientemente concretos. ¿Qué pasa cuando una una pose asociada a la sensualidad la interpreta un niñx? Y aún sin manifestar una pose arquetípica concreta, ¿un cuerpo desnudo infantil está siendo sexualizado por el solo hecho de estar sin ropa? Pienso que el binomio inmoral de desnudez=sexualidad (en un sentido muy amplio de la palabra) queda abrochado arbitrariamente cada vez que el público -los medios, las plataformas, los algoritmos, etc.- se escandaliza al ver un cuerpo desnudo. En vez que pensar en la inocencia, la libertad, la naturalidad, la liviandad, lo lúdico, hasta la belleza -si se quiere-, la carne se asocia al pecado. Y más cuando de un infante se trata.
© Sally Mann
La mirada increpante ante la obra de Sally Mann incluye un juicio hacia sus hijos y hacia ella. Pensar que aquello que se ve en una foto son REALMENTE los hijos de la artista es de alguna manera caer en el juego de la ficción. (Qué actual y perdurable es este debate de creer como real aquello que vemos en las imágenes de la vida del otrx -y también de unx-). Pero el cambio de órbita de lo privado a lo público abre el juego a que opine quien quiera opinar. El verdadero problema aquí radica en justamente lo que titula este texto: el costo de la exposición. Salvando las distancias, no dejo de pensar en los haters en las redes, en ese apedreo anónimo y cobarde, ante casi, cualquier cosa.
© Sally Mann
Personalmente, disfruté mucho leer esta defensa. Ver cómo una gran artista puede analizar su obra, sus repercusiones y fundamentar tan incisiva y poéticamente. Repara también en que el hecho de ser artista mujer habilita un juicio que comúnmente a los artistas hombres nunca se les hizo.
Le diría a Sally que no hay movimiento novedoso ni revolucionario, que no inquiete e incomode. Y ella es única en esa materia.
© Sally Mann
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Galería Patio del Liceo, Santa Fe 2729, local 37, Bs As.