Cartografía Visual: Habitar la ciudad desde la fotografía

En el marco del curso Gestión del Ser Artista, conocimos a Mariano Martinez Pita. En este curso no solo buscó herramientas para ordenar su portfolio y profesionalizar su recorrido como fotógrafo, sino también el espacio para pensar con profundidad su obra. Y es que cuando una mirada ya está afilada, lo que necesita no es pulirse, sino desplegarse. Eso es lo que pasó con Cartografía Visual, un proyecto que nació durante sus años de formación en otros espacios y que, en este tiempo de revisión, encontró forma, intención y una voz propia.

© Mariano Martínez Pita

El punto de partida de esta serie fue, curiosamente, el final de un ciclo: su trabajo de cierre de la carrera de fotografía. En ese momento, Mariano comenzó a salir a la calle con la cámara sin un rumbo fijo, atraído más por la atmósfera de ciertos espacios que por los sujetos que pudieran habitarlos. Así nació esta idea de las escenografías urbanas: fragmentos de ciudad donde la presencia humana está ausente, pero no por eso desaparecida. Son lugares que guardan una carga visual poderosa: juegos de formas, luces, texturas, decisiones estéticas y estructurales que delatan el paso del tiempo, el uso, la necesidad o el simple gusto de quienes los habitan.

Lo interesante es que Cartografía Visual no surgió como una serie pensada desde el principio. Fue la consecuencia de un proceso, de una práctica constante y de un ojo que se fue entrenando en la observación. Entre ese primer registro urbano y la consolidación de este cuerpo de obra, Mariano atravesó una etapa distinta: una serie de fotografías abstractas, sin referencias reconocibles. Ese desvío lo llevó a entender la imagen desde otro lugar, desde lo formal, lo geométrico, lo compositivo, lo cual alimentó de forma directa su regreso a la calle. Porque cuando volvió al afuera, lo hizo con una mirada transformada, capaz de reconocer no solo la textura de una fachada sino también la estructura invisible que la sostiene.

Hoy, su trabajo no busca documentar la ciudad ni abstraerla del todo, sino hacer convivir ambas tensiones en un mismo encuadre. Cartografía Visual es, en ese sentido, una exploración visual del espacio urbano como una acumulación de huellas. Fachadas con capas superpuestas, contrastes de estilos, materiales que conviven sin armonía aparente pero que, vistos desde su lente, construyen una identidad particular. Mariano se interesa por la ciudad no desde su diseño ideal, sino desde su uso: cómo las personas, al intervenir, reparar, pintar o improvisar soluciones, van dejando marcas visibles que transforman lo arquitectónico en una forma de lenguaje.

El componente visual de su obra está profundamente atravesado por una búsqueda formal rigurosa: encuadres cerrados, sin intervención, luz natural y una edición mínima que respeta lo hallado. Esa decisión de no modificar, de no “embellecer” la escena, es también una forma de ética visual: observar con atención lo que está ahí, sin maquillarlo, sin manipularlo, pero reconociendo en ese caos aparente un orden propio. Hay una voluntad de equilibrio compositivo que no está reñida con lo real: por el contrario, emerge de él.

© Mariano Martínez Pita

Cuando habla de sus referencias, Mariano menciona a fotógrafos como Robert Adams, Lewis Baltz, William Eggleston, Stephen Shore, Humberto Rivas y Luigi Ghirri. De todos ellos toma algo, aunque no los copie: la contención en la mirada, la atención al detalle, el uso del color como estructura narrativa. También trae al cine, en especial a directores como Wim Wenders o Aki Kaurismäki, que saben filmar los espacios como si fueran personajes. Esa atmósfera suspendida, donde lo que no se dice pesa tanto como lo que está en cuadro, encuentra eco en su obra. Porque en sus imágenes no hay acción, pero sí expectativa. Como si algo estuviera por suceder. O como si acabara de pasar.

En ese punto, la fotografía de Mariano se vuelve también una forma de escritura: no en el sentido de contar una historia lineal, sino en la posibilidad de generar un ritmo visual, un montaje interno. Cada imagen parece tener su propio tiempo, su respiración. El espectador no entra en ellas como quien recorre una galería de postales, sino como quien se detiene a escuchar el murmullo de una ciudad que habla en capas, en tonos, en texturas.

El proceso creativo que sostiene este proyecto es tan riguroso como sensible. Hay una práctica sistemática de salir a caminar, de mirar sin apuro, de registrar lo que emerge en esa deriva. Mariano dice que, incluso cuando no tiene la cámara encima, sigue viendo con esa lógica. Y es que su trabajo no está motivado por la idea de “salir a cazar imágenes”, sino por habitar el entorno desde una disposición contemplativa. Una actitud que recuerda a la noción de “caminar como método” que tanto trabajaron los fotógrafos del New Topographics o los ensayistas visuales del siglo XX.

El curso Gestión del Ser Artista fue, en su caso, un momento de pausa activa: un tiempo para revisar el recorrido, poner en palabras sus búsquedas, ordenar el archivo y entender la coherencia de su mirada. El resultado es un portfolio sólido, no solo por su calidad técnica, sino por su densidad conceptual y su fidelidad a un modo de ver.

Lo que Mariano construye con Cartografía Visual es mucho más que una serie fotográfica: es un manifiesto silencioso sobre cómo mirar, cómo vivir la ciudad, cómo encontrar belleza en lo imperfecto y sentido en lo aparentemente banal. Su obra nos recuerda que la fotografía no siempre tiene que gritar para decir algo potente. A veces, basta con detenerse y mirar con atención. El resto está ahí, esperándonos.

Me interesa observar cómo las huellas del uso y del habitar construyen una identidad urbana que no es uniforme, sino superpuesta y llena de pequeñas contradicciones visuales. Esa tensión entre orden y desorden, entre lo diseñado y lo improvisado, es central en el proyecto. Y siempre desde una mirada fotográfica: no busco imágenes completamente abstractas, sino mantener una referencia clara a lo real.
Marina Cisneros

Director y Project Manager en Plataforma RARA. Profesional en gestión cultural y artes visuales, editora especializada en fotografía artística contemporánea y profesionalización de artistas visuales.

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